sábado, 25 de febrero de 2012

La huerta familiar y el macrotúnel


En casa, la huerta la trabajamos principalmente las mujeres, a excepción de ayudas puntuales de algún caballero. Esta característica determina la singularidad  de los horarios y las maneras de hacer las cosas. Debemos ajustarnos no solamente a las condiciones climáticas, sino también a la apretada agenda que imponen los niños, horarios de escuela  y los quehaceres interminables de la vida en el campo. Esta realidad nos obliga a buscar modos de realizar las cosas que sean muy, pero muy flexibles y eficientes.
La construcción del macrotúnel  en la huerta ha sido la cosa más genial que nos ha ocurrido en nuestra historia agrícola familiar. Nos permite laborar con independencia del clima, vivimos en una región tropical de bosque nublado a 1.500 metros snm,  aquí la lluvia y la neblina son diarias durante largas temporadas. Si bien esto favorece la vegetación de manera general, en  los cultivos propicia toda suerte de enfermedades fúngicas, crecimiento super acelerado de malezas, y horarios para trabajar sujetos completamente al capricho de la naturaleza.  Ni qué decir de las plagas de insectos y otros bichos que adoran nuestras áreas de cultivo.
Todas esas variables que nos dificultan las labores de la huerta se resolvieron favorablemente con la instalación de una estructura que hicimos conforme a un plano e instrucciones simples que copiamos de internet. http://www.elsitioagricola.com/articulos/valina/Construccion%20de%20Macrotuneles%20de%20Ca%F1a%20Colihue%20-%202002.asp
Esa es la dirección de la página donde hallamos una solución que nos resultaba abordable porque la mayoría de los materiales estaban a la mano: madera de varas que crecen en la finca, cañas que nos regaló un vecino de la comunidad y trabajo, realmente mucho trabajo, pues tuvimos que resolver infinidad de detalles y adaptaciones que no aparecían en el manualito. Los ingredientes más importantes ha sido sin duda el tesón, la perseverancia y la fe en los resultados. Demoramos meses en reunir los materiales e ir completando la construcción. Por lo demás, aparte de las horas/hombre, horas/mujer en el caso de Tati, el caballo de batalla del grupo, que no fueron contadas, pero que han sido muuuchas; lo que se ha ido necesitando ha ido “apareciendo”, unos costales para forrar las cañas para que los nudos e irregularidades no dañen el plástico), el entusiasmo contagiado a el Patriarca, proveedor económico de la familia, que ha sido incondicional en su apoyo, ( el plástico ha sido lo más difícil de conseguir y lo más costoso en dinero), lo demás ahora son “lujos”.
La estructura

Protección para la cobertura

Colocando cobertura

Detalle de la cobertura

Lista esta fase

El Patriarca y Tati

El equipo de cerramiento

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