En casa, la huerta la trabajamos principalmente las mujeres,
a excepción de ayudas puntuales de algún caballero. Esta característica
determina la singularidad de los horarios y las maneras de hacer las cosas. Debemos
ajustarnos no solamente a las condiciones climáticas, sino también a la
apretada agenda que imponen los niños, horarios de escuela y los quehaceres interminables de la vida en
el campo. Esta realidad nos obliga a buscar modos de realizar las cosas que
sean muy, pero muy flexibles y eficientes.
La construcción del macrotúnel en la huerta ha sido la cosa más genial que
nos ha ocurrido en nuestra historia agrícola familiar. Nos permite laborar con
independencia del clima, vivimos en una región tropical de bosque nublado a
1.500 metros snm, aquí la lluvia y la neblina
son diarias durante largas temporadas. Si bien esto favorece la vegetación de
manera general, en los cultivos propicia
toda suerte de enfermedades fúngicas, crecimiento super acelerado de malezas, y
horarios para trabajar sujetos completamente al capricho de la naturaleza. Ni qué decir de las plagas de insectos y
otros bichos que adoran nuestras áreas de cultivo.
Todas esas variables que nos dificultan las labores de la
huerta se resolvieron favorablemente con la instalación de una estructura que hicimos
conforme a un plano e instrucciones simples que copiamos de internet. http://www.elsitioagricola.com/articulos/valina/Construccion%20de%20Macrotuneles%20de%20Ca%F1a%20Colihue%20-%202002.asp
Esa es la dirección de la página donde hallamos una solución
que nos resultaba abordable porque la mayoría de los materiales estaban a la
mano: madera de varas que crecen en la finca, cañas que nos regaló un vecino de
la comunidad y trabajo, realmente mucho trabajo, pues tuvimos que resolver
infinidad de detalles y adaptaciones que no aparecían en el manualito. Los
ingredientes más importantes ha sido sin duda el tesón, la perseverancia y la
fe en los resultados. Demoramos meses en reunir los materiales e ir completando
la construcción. Por lo demás, aparte de las horas/hombre, horas/mujer en el
caso de Tati, el caballo de batalla del grupo, que no fueron contadas, pero que
han sido muuuchas; lo que se ha ido necesitando ha ido “apareciendo”, unos
costales para forrar las cañas para que los nudos e irregularidades no dañen el
plástico), el entusiasmo contagiado a el Patriarca, proveedor económico de la familia, que ha
sido incondicional en su apoyo, ( el plástico ha sido lo más difícil de conseguir
y lo más costoso en dinero), lo demás ahora son “lujos”.
La estructura
Protección para la cobertura
Colocando cobertura
Detalle de la cobertura
Lista esta fase
El Patriarca y Tati
El equipo de cerramiento
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