miércoles, 29 de febrero de 2012

Las dimensiones de los canteros



El cultivo en canteros aporta comodidad y versatilidad en la administración del terreno de cultivo. En la práctica hemos llegado a un formato pequeño que permite alcanzar cómodamente con las manos toda el área aprovechable del cantero.
Nuestra zona de cultivo es rectangular: unos 12 metros de largo por 6 de ancho. Hemos distribuido alrededor del perímetro interno un cantero de 70 centímetros de ancho, contenidos con bloques de cemento removibles, es decir sin fijarlos con mortero.
En la zona central del huerto se conformaron canteros rectangulares de 1,40 metros de ancho por lo que permitía el espacio de largo que fue de 2,74 metros.
Las camineras entre los canteros se dejaron de 75 centímetros de ancho, lo  que permite el acceso  de una carretilla y el uso de un banquito para laborar con comodidad. Lo importante en todo caso es sentir que distribuimos el espacio de manera eficiente y las labores de cultivo nos resultan prácticas. 


domingo, 26 de febrero de 2012

Preparar la tierra


Preparando el suelo para la huerta
Una vez determinada la zona de cultivo y provista de toma de agua para riego; hay que asegurarse que drene perfectamente, que no esté sometida a erosión, que tenga una buena orientación con respecto al sol y los vientos dominantes.

Romper y airear la tierra
Luego se impone remover profundamente la tierra. Esta labor ha de realizarse a conciencia, sea con un pico, o con rotocultor a motor, como fue en nuestro caso. Un vecino nos prestó su aparato, con lo que fueron más fáciles las labores de romper la tierra y aprovechamos de incorporarle cal, dolomita y algo de compost. Esta faena la realizamos varias veces durante la construcción del macrotunel.

Desinfectar la tierra
Posteriormente, antes de sembrar, es necesario desinfectar la tierra de hongos, esporas, bacterias, virus y microbios patógenos. Esta operación es importantísima para preservar la sanidad de los cultivos sobre todo de los que se realizan en condiciones de ambiente controlado. No menos importante es mantenerse en la línea de la agricultura respetuosa del ambiente.
Hay que proveerse de un agente desinfectante que garantice la no contaminación del suelo. Se han de preferir los agentes que actúan sin dejar residuos en el suelo. Tradicionalmente en casa hemos usado una solución de formol. Sin embargo ahora estamos probando con dióxido de cloro, si realmente funciona para el suelo será todo un acierto de muchas maneras.  Cuando hayamos probado satisfactoriamente el producto subiremos toda la experiencia en detalle. Por ahora comunico que es sumamente económico, se trata de dos líquidos incoloros y casi sin olor, uno es el dióxido de cloro y otro es el activador, hemos diluido 1 cc del dióxido de cloro en 10 litros de agua y mezclamos, luego incorporamos 1 cc del activador y mezclamos, esperamos 3 minutos a que se active y luego empapamos el suelo con regadera, el producto una vez activado hay que aplicarlo antes de los siguientes 90 minutos.
Como el ozono y el cloro, el dióxido de cloro es un biocida oxidante y no una toxina metálica. Esto significa que dióxido de cloro mata microorganismos por la interrupción del transporte de nutrientes a través de la membrana celular, no por interrupción del proceso metabólico. El dióxido estabilizado de cloro ClO2esta protegido en soluciones acuosas. Añadiendo ácido hasta una requerida concentración se activa el desinfectante.
De los biocidas oxidantes, el dióxido de cloro es el oxidante más selectivo. Pero el ozono y el cloro son mucho más reactivos que el dióxido de cloro, y serán consumidos por los compuestos  orgánicos. El dióxido de cloro sin embargo, solo reacciona con compuestos de sulfuro reducidos, y aminas secundarias y terciarias, y algún otro reactivo reducido orgánico activo. Esto permite mucha menor dosificación de dióxido de cloro para lograr un residuo más estable que el ozono y el cloro. El dióxido de cloro, generado correctamente (todos los dióxidos de cloro no son creados igual), se puede utilizar con eficacia en un cargamento orgánico mucho más alto que el ozono o el cloro debido a su selectividad.
Aquí una dirección para más información. http://www.lenntech.es/dioxido-de-cloro.htm#ixzz1mXnOIxiM

Planear la siembra


La siembra de hortalizas es tan antigua, que la escogencia de maneras de sembrar puede resultar abrumadora para quien es nuevo en el quehacer y no tiene tradición hortelana desde el hogar.
En casa, la lidera la abuela, que habiendo venido de la ciudad al campo hace casi cuarenta años, tuvo que aprender de cero, por acierto y error al poner en práctica los muchísimos métodos de los libros y consejos de los vecinos. Su enfoque es práctico. De toda la información a la que logra acceso, selecciona lo que la experiencia y el sentido común le dicta como más idónea. Como estamos en la era de la información, siempre anda muy entretenida.
La huerta en casa es un campo de experimentación perenne. En cuanto a la siembra de las hortalizas, para efectos de panificación y entendimiento las clasificamos tradicionalmente en tipos: hortalizas de hojas, de raíz, de frutos. Esta primera clasificación nos permite ubicarlas dentro del huerto de acuerdo al tamaño, es importante tener en cuenta el recorrido del Sol y las sombras durante el día y la manera como inciden en las diferentes ubicaciones, hay que garantizarles la mejor luz posible a cada variedad de plantas.
Las hortalizas de fruto, muchas son plantas de cierta altura, lo que implica que proyectan una sombra larga, (Los tomates, pimentones, berenjenas, colecitas de Bruselas) debemos determinar claramente las horas efectivas de sol en toda el área de la huerta. Así procuraremos ubicar las plantas que crecerán más, de manera que no quiten tanto sol a las demás, lo mismo va para las que necesitan soportes o espalderas, como algunos guisantes por ejemplo.
Están también las que crecen y fructifican cerca del suelo: pepinos, calabacines, calabacitas, también necesitan bastante luz y aireación.
Las hortalizas de hoja, suelen ser plantas de mediana altura y gustan de bastante sol, (lechugas, coles, céleri, acelgas, espinacas, cebollinos, cebollas, ajos)
Las hortalizas de raíz que se siembran en la huerta suelen ser las zanahorias, remolachas, rabanitos, nabos, algunas variedades de papas.
Cuando en casa programamos la siembra de la huerta, nos aseguramos de cubrir primero las necesidades básicas de la cocina, es decir lo que compraríamos cada semana en el mercado. Es muy fácil abarrotar los canteros con todo lo que germina en los semilleros, hemos aprendido a ser cautos; con dos variedades de tomate es suficiente al comienzo. La variedad es tan grande que pronto estaríamos escasos de espacio. Conviene diseñar un calendario de siembra por variedad, siempre queremos tener los pepinos a punto, de manera que se siembran pocas semillas cada tres semanas.
Hay que  investigar y estudiar lo más prolijamente posible cada variedad de planta que pensemos sembrar, conviene conocer las hortalizas por familia, pues tienen tiempos, requerimientos y debilidades parecidas en muchos casos.

sábado, 25 de febrero de 2012

La huerta familiar y el macrotúnel


En casa, la huerta la trabajamos principalmente las mujeres, a excepción de ayudas puntuales de algún caballero. Esta característica determina la singularidad  de los horarios y las maneras de hacer las cosas. Debemos ajustarnos no solamente a las condiciones climáticas, sino también a la apretada agenda que imponen los niños, horarios de escuela  y los quehaceres interminables de la vida en el campo. Esta realidad nos obliga a buscar modos de realizar las cosas que sean muy, pero muy flexibles y eficientes.
La construcción del macrotúnel  en la huerta ha sido la cosa más genial que nos ha ocurrido en nuestra historia agrícola familiar. Nos permite laborar con independencia del clima, vivimos en una región tropical de bosque nublado a 1.500 metros snm,  aquí la lluvia y la neblina son diarias durante largas temporadas. Si bien esto favorece la vegetación de manera general, en  los cultivos propicia toda suerte de enfermedades fúngicas, crecimiento super acelerado de malezas, y horarios para trabajar sujetos completamente al capricho de la naturaleza.  Ni qué decir de las plagas de insectos y otros bichos que adoran nuestras áreas de cultivo.
Todas esas variables que nos dificultan las labores de la huerta se resolvieron favorablemente con la instalación de una estructura que hicimos conforme a un plano e instrucciones simples que copiamos de internet. http://www.elsitioagricola.com/articulos/valina/Construccion%20de%20Macrotuneles%20de%20Ca%F1a%20Colihue%20-%202002.asp
Esa es la dirección de la página donde hallamos una solución que nos resultaba abordable porque la mayoría de los materiales estaban a la mano: madera de varas que crecen en la finca, cañas que nos regaló un vecino de la comunidad y trabajo, realmente mucho trabajo, pues tuvimos que resolver infinidad de detalles y adaptaciones que no aparecían en el manualito. Los ingredientes más importantes ha sido sin duda el tesón, la perseverancia y la fe en los resultados. Demoramos meses en reunir los materiales e ir completando la construcción. Por lo demás, aparte de las horas/hombre, horas/mujer en el caso de Tati, el caballo de batalla del grupo, que no fueron contadas, pero que han sido muuuchas; lo que se ha ido necesitando ha ido “apareciendo”, unos costales para forrar las cañas para que los nudos e irregularidades no dañen el plástico), el entusiasmo contagiado a el Patriarca, proveedor económico de la familia, que ha sido incondicional en su apoyo, ( el plástico ha sido lo más difícil de conseguir y lo más costoso en dinero), lo demás ahora son “lujos”.
La estructura

Protección para la cobertura

Colocando cobertura

Detalle de la cobertura

Lista esta fase

El Patriarca y Tati

El equipo de cerramiento